Lo admito. La razón por la que anduve con otro fue por despecho. Saber que tú ya estabas con otra me causó mucha desilusión, y la única salida que encontré fue estar con alguien más para poder olvidarte.
No pude.
Quererte en silencio todos esos meses, lo único que provocaron es que tú te clavaras en mi mente y en mi alma muy fuerte, y cada día que pasaba, sólo provocaba que te quisiera más y más, y aunque trataba de no mirarte, de no voltear a verte, de no hablarte, siempre acababa haciéndolo.
Él no me quería, y yo tampoco, éramos demasiado contrarios para poder entendernos, o al menos para intentar entendernos, pero aún así seguíamos en ese juego, lo que por un momento me pareció la salida para ya no amarte se convirtió en una tortura, y al contrario, no te olvidaba, sino que más quería estar a tu lado...
Entonces el papel se cambió, tú fuiste mi escape, cada vez que las cosas estaban mal, pensaba en tí y me sentía mejor. Cuando platicábamos era como si nada malo pasaba, volvía la claridad, y el día ya era mejor...
Imagínate mi sorpresa cuando me contaste que tampoco estabas bien con tu novia, te hubiera besado en ese momento, pero me contuve, no estaba bien hacerlo, y entonces yo también me convertí en tu escape; esos momentos cortos que pasábamos platicando se volvieron más seguidos, y mira ahora donde estamos...
Al final los dos acabamos escapando de una situación en común, después enfrentamos a quienes teníamos que enfrentar, pero me encantó escapar contigo... Fue raro lo que pasó, pero creo que tenía algún sentido que las cosas sucedieran así, y era el descubrir que te amo de verdad, que todo lo que sucedió fortaleció lo que siento por tí, y lo volvería a vivir...
Sólo para volver a escapar a tu lado...