Tus manos me toman, en tus ojos puedo ver todo lo que planeas hacerme...
Me atrapas fuertemente en la pared, por un momento mi espalda se tensa al sentir el frío del muro, pero tu calor se encarga de que olvide esa sensación...
Te acercas más y más, cierro los ojos...
Me entrego a tí.
Devoras mi cuello como si fuera la mejor comida, me aferro a tu espalda al sentir tus curiosas manos quitándome la ropa...
Atino a darte uno que otro beso, no me das tregua, no dejas que te ataque de la misma forma que tú lo haces...
Sólo permites que te desnude, que quedes expuesto como yo...
Tu cuerpo me aprisiona que ni siquiera el aire puede pasar entre nuestros cuerpos...
La pared deja de ser fría, se ha vuelto más caliente...
Somos presa de una pasión incontrolable...
De un sentimiento mutuo...
De un gran amor.
Entre tu piel y la pared, me encuentro yo...
Y entre tu cuerpo y el mío, se halla este fuego imparable, llamado amor.
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